The Last Picture Show // Reseña clásica


The Last Picture Show es una de las películas estadounidenses más artísticas que se han hecho. No solo retrata la miseria de un decayente pueblo en Texas, sino la miserable vida de sus habitantes que solamente con el dolor aprenderán de sus errores.

En los 60's el cine gringo estaba en un pésimo momento. Mientras en Europa había grandes producciones gracias a los excelentes directores que existían en aquél entonces. En EEUU tuvieron que surgir una generación de jóvenes cineastas que hasta finales de los sesentas se hicieron notar. Desgraciadamente la mayoría no logró más de unos pocos éxitos debido al estilo desenfrenado de sus vidas o simplemente falta de visión. Pero unos cuantos lograron ser genios mundiales y Peter Bogdanovich está en ese punto intermedio presentándonos lo que EEUU necesitaba para volver a destacar. Historias realistas de profundo contenido emocional.

Otra cosa que ayudó al cine estadounidense fue la liberación del contenido violento, pero The Last Picture Show no es el caso. Lo que sí, fue el despertar sexual de los jóvenes. Hay varios desnudos, muchos de ellos por jóvenes. La libertad en temas sexuales ocurren constantemente, el más fuerte incluso es la alusión a la pedofília por parte el hijo del padre de la iglesia. Un joven mudo y retraído que parecía no sentir atracción por las mujeres. Hay temas de homosexualidad y un interesante ejemplo de como la chica promiscua del pueblo va cayendo más en ese vicio deel que podemos cualpar a su madre por enseñarle a buscar lo mejor de un hombre por su estatus laboral y la destructiva relación que tiene.

El guión de Peter Bogdanovich y Larry McMurtry es magnífico. Construyeron el escenario perfecto donde el verdadero protagonista el es el pueblo. Los personajes son solo las víctimas. Aunque la historia sigue principalmente a un joven en sus últimos años de preparatoria, son indispensables para la construcción de la historia los personajes secundarios, unos crearán triángulos amorosos y otras solo reforzarán a la decadencia del pueblo. Cada uno irá revelando más sorpresas conforme pasa la película. El reparto es magnífico y eso que la mayoría tenía poca experiencia cinematográfica.

La fotografía en blanco y negro era poco común para 1971, pero esta es una película arriesgada que quiere retratar la melancolía y tristeza de un pueblo destructivo. El versátil cinefotógrafo Robert Surtees es quien se encarga de retratar esta oscura obra incluyendo a veces unos poco usuales planos de personajes frente a cámara.

La tensión dramática va creciendo conforme avanza la película, ya ni siquiera al personaje principal lo podemos considerar un ser moral. Por último, EEUU avanza, pero un pueblo tan voluble no logra seguirle el paso a una urbe más desarrollada. La guerra de Corea se lleva a uno de los protagonistas (el más perdido de todos) y la televisión ha dejado a un lado el principal negocio del pueblo que era el cine. De ahí el nombre de la película. La mejor escena es cuando el protagonista observa su negocio que antes era visitado, ahora se ha transformado en un lugar fantasma que solo una fuerte ventisca visita. Busca conciliación con la mujer a la que le rompió el corazón, pero ni ella sabe ya como darle esperanza a alguien. No podemos decir que el futuro es del todo incierto ya que Peter Bogdanovich realizó una secuela en 1990 llamada Texasville con los envejecidos protagonistas.

La mejor película "coming of age" que se ha hecho hasta la fecha.

Lo mejor: el guión, el reparto, la fotografía, el concepto, el contenido emocional, los temas que analiza.
Lo peor: nada.
Conclusión: Obra maestra.

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