Utøya: July 22 // Reseña

La verdad es que resulta un poco decepcionante porque Utøya: July 22 está basada en un hecho histórico nunca antes representado en el cine y son los ataques terroristas de Noruega en 2011. Se nota la falta de presupuesto y no porque se notara una producción deficiente sino porque la película arriesga poco y trae una propuesta pobre en cuanto valor cinematográfico. El director Erik Poppe lo sabía y con la decisión de que toda la película sea un solo plano secuencia se ahorró presupuesto que iría a post-producción y el cambio de lentes, pero también hace que la película sea visualmente poco atractiva.

El target de la película es meramente nacional ya que no nos introduce al contexto de la historia. Solo nos ponen metraje real de la bomba en Oslo, minutos antes de la masacre en la isla de Utøya, pero solo alguien que haya leído del tema puede estar ligeramente informado, solamente ponen al acabar la película unos supers con las cifras y el nombre del asesino.

El objetivo del director era retratar el sufrimiento de las víctimas ese día y necesitaba el mayor realismo posible, lo cual logró en varios momentos, pero a veces los momentos son exageradamente largos y tediosos, tanto que llegan a un punto de confusión porque uno espera que vayan a significar algo y al final queda como un momento de ansiedad que aunque refuerza el terror que vivió esa gente, termina siendo relleno innecesario. La película pudo haber sido un perfecto cortometraje, incluso uno muy bueno.

Es una película minimalista, sin música, ni actores profesionales y una mínima edición. Incluso así uno puede hacer una gran película, pero Utøya: July 22 no es el caso. La peor omisión en toda la película es el villano. Solo se ve su silueta un segundo y toda su demás existencia se basa en el sonido de las armas. Algo interesante se pudo haber hecho pues los jóvenes quién o por qué los atacan que de igual forma esto refuerza la ansiedad que viven, pero ni un solo encuentro con el asesino o información sobre él dejan la película más vacía de lo que ya es.

Que esta historia de terror real se haya filmado en un solo plano secuencia no resulta tan mala idea ya que así puede contarse en tiempo real la tragedia y se puede sentir más adrenalina. Sin embargo es algo arriesgado; por eso muchas películas obtan por los cortes falsos porque así la iluminación y el lente pueden cambiar. Lo mismo pasa en la corrección de color ya que entre más largo sea el corto, más complicada será la corrección de color o ni siquiera hay. Utøya: July 22 se cuenta con una eterna cámara en mano con varios fuera de foco muy incómodos. Interesante concepto, pero tan arriesgado que no fue bien ejecutado.

Lo mejor: la idea de un plano secuencia y un hecho histórico poco hablado fuera de Noruega.

Lo peor: idea mal ejecutada, elementos desperdiciados, poco atractiva visualmente.

Conclusión: nada recomendable.