22 July // Reseña


22 July es una película del director Paul Greengrass directa para Netflix. Se estrenó solo unos meses después de la película ya reseñada Utøya: July 22, lo cual es un poco extraño ya que ambas películas tratan un hecho muy conocido que no había sido llevado al cine, pero ambas son totalmente diferente y parece que ninguna resultó ser totalmente resaltante.

Mientras que la película noruega quizo mostrar la agonía que vivieron las víctimas del ataque, la versión estadounidense quiere explicar lo sucedido paso por paso. Es prácticamente un docu-drama que narra los hechos paso por paso y con personajes independientes que son unidos por la tragedia.

Se ponemos atención a la fotografía notamos ese estilo documental que ya hemos visto en otras obras del mismo tono. De hecho muchas obras del director son así porque su intención no es contar una historia bien elaborada, sino dramatizar una tragedia y las consecuencias que trajo.

Hay temas bastante interesantes que por desgracia no se tomaron a fondo por poner tanta atención en la historia del chico que quedó con daño cerebral; como la falta de precaución por parte del gobierno hacia conductas antisociales y el abogado acusado de nazi que está siendo repudiado por la sociedad. Aunque la película quedó a deber subtramas con mucho contenido para analizar, supo manejarlos y poder mantener una historia firme. La falla estuvo en lo poco balanceado de las historias.

Hay una falla que siempre ha ocurrido en el cine gringo que seguramente ocurre por cuestiones comerciales que pueden entorpecer la exhibición de la película y es no respetar el idioma original del país en el que estamos situados. Todo ocurre en Noruega, se debe hablar y escribir en noruego, no en inglés (uno muy malo por cierto). Muy difícilmente una producción estadounidense va a ser consciente de la importancia del lenguaje para mantener la verosimilitud de los sucesos y más en una película con estilo narrativo de 22 July. Pero admitir que mínimo Paul Greengrass uso puros actores noruegos. Casi logra eliminar ese capricho cinematográfico. Hablando de otros caprichos, la película termina con un final correcto y realista, nadie vive feliz de lo ocurrido, lo único que buscan los padres es justicia para el monstruo que asesinó a 77 personas inocentes y las frases del epílogo nunca mencionan la mayor injusticia de todas: Anders Behring Breivik fue condenado a 20 años de prisión. Probablemente no querían arruinar el final con esta infamia.

Es innecesario hacer una comparativa la película noruega con la estadounidense porque son como agua y aceite. Diferente estilo, diferente público, diferente presupuesto y diferente objetivo. Como otro comentario, películas sobre este tipo de hechos son difíciles de realizar porque tu héroe puede volver completamente falsa tu película y en ambas sucede con lo mismo con una de las víctimas. Deben buscar una forma de poder construir una historia poderosa y realista, sin caer en los clichés del héroe porque puede hasta parecer ofensivo para los familiares de las víctimas. El mismo Erik Poppe (director de la película del mismo tema) temía realizar esta película ya que sentía que no había ocurrido el tiempo suficiente para hacer una película sobre el tema y probablemente tenía la razón. Obviamente en Noruega no vemos estas película de la misma manera que la estamos viendo nosotros.

Lo mejor: el estilo documental, las diferentes perspectivas que nos muestran, arriesgarse por un elenco noruego.
Lo peor: no respetar el idioma original, concentrarse en la historia del sobreviviente para hacerlo ver como un héroe y dejar fuera otros hechos que pudieron haber sido más interesantes.
Conclusión: regular.

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