Eyes Wide Shut // Reseña clásica


Todo aquel que diga que Eyes Wide Shut es una mala película, probablemente es porque no tiene la costumbre y/o capacidad de analizar a fondo una película, además de no saber apreciar los valores de producción. Por eso Eyes Wide Shut está injustamente fuera del catálogo de las mejores películas de Stanley Kubrick. La profundidad de su historia y la complejidad de su guión crean una atmósfera enigmática que puede hacernos creer que cometimos un error de entendimiento mientras la veíamos o la película está mal narrada. Ninguna de las dos, pero es una película que va más allá de los sentidos hasta terminar jugando con nuestra mente.

Después de ver varios desnudos innecesarios, la historia comienza a contarse; el doctor Bill Harford no puede sacarse de la mente la confesión de su esposa: tuvo una fantasía erótica con un marinero que una vez conoció. Solo esta idea basta para que Bill convirta una noche de dudas y frustración en un viaje de eróticos, pero extraños encuentros que terminarán en un privado club donde ocurre una orgía, producto de un ritual. Después de esto los días de Bill se vuelven demasiado extraños y la película también. Ya no podemos distinguir qué fue real o no, quién era qué para Bill.

El guión es poco convencional, pero le da una gran importancia al sueño y el sexo, además de estar acompañados de numerosos simbolismos. El mismo Stanley Kubrick dijo que esta era su mejor película. Gran parte del rechazo que se tiene a esta película es porque hace lo que una buena película debe hacer. No explicar nada, que todo se entienda cinematográficamente y no es una película para entenderla a la primera.

La dirección de arte juega un papel indispensable en el universo de Eyes Wide Shut. Una construcción muy parecidad a Nueva York, pero con elementos que la delatan ya que el objetivo de la película no es meramente una historia realista. Kubrick necesitaba escenarios a los que se les pudiera moldear a su gusto para meter elementos estrellas zeigler, arcoíris, luces navideñas, cortinas y hacer un grandioso juego con los colores (casi siempre hay color morado, color relacionado a los sueños, lo erótico y lo misterioso). Todos los elementos estéticos se crearon para darles un simbolismo.

Luego del elaborado trabajo de Leslie Tomkins y Roy Walker en el diseño de prodducción; Larry Smith, genio de la cinefotografía, ordenó las obsesiones de Kubrick sobre la luz. Hay distintos tipos de fuentes de luz artificial en toda la película, pero Kubrick quería que la luz que se emitía estuviera de la mano con el estado emocional del personaje o personajes en escena. Kubrick hizo cientos de experimentos con distintas cintas fotográficas Kodak, aunque al final Kubrick sobreexpuso casi todas las escenas en la post-producción.

Aunque el tema musical consiste prácticamente en una nota funciona muy bien para lo que propone, pero Kubrick murió cuando faltaba añadir música instrumental, probablemente esto influyó en el minimalismo de la pieza.

El reparto puede parecer inusual para una película de Stanley Kubrick, pero la productora lo obligó a usar actores conocidos y Kubrick quería que fuera una pareja real, así escogió a Tom Cruise y Kidman que hacen unos de sus mejores papeles. Cabe destacar que Kubrick trabaja por separado con cada uno de ellos ya que quería provocar la mayor desconfianza posible entre el matrimonio y que las actuaciones fueran más realistas. Eyes Wide Shut es de esas películas que no se hacen todos los días.

Lo mejor: el guión, los simbolismos, la dirección de arte, la fotografía, la música.
Lo peor: no está hecha para todo público por lo difícil de comprender.
Conclusión: excelente.

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