La La Land // Reseña

Es casi un hecho que La La Land es la película más sobrevalorada de los últimos años sin necesariamente ser una mala película. Su popularidad en críticos experimentados puede ser el toque vintage y el sin fin de referencias a musicales de los 50's y 60's; en un público no tan conocedor es normal sorprenderse con el espectáculo visual y musical que La La Land nos ofrece. Claro que solamente es una teoría.

Aunque técnicamente no es innovadora en nada, hay un buen manejo de los valores de producción. La dirección de arte es hermosa, tratando de ser lo más teatral posible sin tampoco llegar a verse completamente falsa. La fotografía es espectacular, la variedad de movimientos al ritmo de la música construyen una narrativa dinámica que juega con todos los elementos visuales y actorales de la puesta en escena. El uso de color es grandioso; si quisieramos analizar una paleta de colores, La Land nos ofrecería muchas opciones. Por supuesto que la corrección de color trabaja muy de la mano con todo lo mencionado y es el toque final en ese espéctaculo visual del que mencioné.

El soundtrack es grandioso, las canciones más destacables son Another Day of Sun, City of Stars, Someone in the Crowd y Epilogue; las coreografías son aún mejores. Este es un excelente trabajo de su género que nos ofrece una variedad musical y una variedad de pasos que al trabajar de la mano con los elementos ya mencionados tenemos como resultado una experiencia audiovisual moderna y bien elaborada.

Aparentemente todo en La La Land parece estar bien, pero la verdad es que si la analizas bien, las actuaciones no muy buenas. Realmente son solo personajes que transmiten poco, pero destacables en sus coreografías y voces, más no por su acting.

El guión no es decepcionante ya que al final logró contar una historia de amor y búsqueda de fama; es poco original, pero no tiene que ser malo. En los musicales, es normal que se dependa de los números musicales para que la historia se narre y La La Land no es la excepción, solo que te das cuenta que la historia ofrece tan poco que necesitas de estos elaborados números musicales para poder entretenerte. Cuando no los tiene la narrativa se vuelve lenta y se queda sin material narrativo. Lo único realmente sorprendente del guión es el final. No es totalmente inesperado, pero por el tono y reparto de la película uno se puede esperar lo más cliché, pero La La Land no cayó en ese error y merece ser reconocida por eso, incluso más que por sus valores de producción.

Lo mejor: los valores de producción, el final, el soundtrack.

Lo peor: el acting, el guión.

Conclusión: regular.